Este artículo resume las recomendaciones europeas de reanimación cardiopulmonar (RCP) pediátricas, destacando los
principales cambios e intenta animar a los profesionales a actualizar y mantener sus conocimientos y habilidades en
RCP pediátrica. Las recomendaciones europeas del año 2015 mantienen el mismo algoritmo de actuación en la RCP
básica y avanzada pediátrica. Los cambios más significativos son: en la prevención de la parada cardiaca (PC), los niños
con enfermedad febril sin signos de shock no deben recibir de forma rutinaria expansiones de fluidos porque un
volumen excesivo puede empeorar el pronóstico. En la RCP básica se recomienda que la administración de la respiración
dure alrededor de 1 segundo, para unificar las recomendaciones con las del adulto. En las compresiones torácicas
el esternón debe deprimirse por lo menos un tercio del diámetro torácico anteroposterior. En el niño, la mayoría
de las PC tienen ritmos no desfibrilables y en ellos la secuencia coordinada de ventilación y compresiones torácicas y
administración de adrenalina es el tratamiento esencial. La vía intraósea, sobre todo en los lactantes, puede ser el acceso
vascular de primera elección. En el tratamiento de la taquicardia supraventricular, cuando se realice cardioversión
como tratamiento, se recomienda utilizar una dosis inicial de 1 J/kg (antes se recomendaba 0,5 J/kg). En los cuidados
postresucitación tras la recuperación de la circulación espontánea, se deben tomar medidas para evitar la fiebre, teniendo
como objetivo conseguir la normotermia ya desde el ámbito extrahospitalario.